Acaban las Navidades y comenzamos de nuevo a preocuparnos por los excesos cometidos y como nos afectan a la salud. El cordero, los dulces navideños, el alcohol,... alimentos que sin duda nos dejarán mella en forma de grasa en nuestro cuerpo a menos que tomemos medidas. ¿Pero sabemos dónde y por qué se acumula la grasa en nuestro cuerpo?
La masa grasa es el componente más variable en la composición corporal, tanto si se comparan varios individuos o se consideran los cambios de una persona a lo largo de la vida.
La masa grasa es el componente más variable en la composición corporal, tanto si se comparan varios individuos o se consideran los cambios de una persona a lo largo de la vida.
La grasa es un componente del cuerpo humano que se acumula en forma de tejido graso o adiposo. En la actualidad se reconoce que el tejido adiposo (TA), además de ser la reserva de lípidos, es un órgano endocrino que produce una variedad de hormonas y citoquinas que regulan el metabolismo e influyen en la composición corporal.
La relación entre la cantidad de grasa y obesidad.
La obesidad se caracteriza por un exceso de masa grasa que afecta a la salud y al bienestar de las personas. Aunque no solo la cantidad de grasa influye en el peso de la persona, el IMC que se utiliza para clasificar el estado ponderal de la persona y se calcula a partir de la fórmula: peso(kg)/talla(m2) suele ser utilizado para determinar el grado de obesidad de la persona. El índice de masa corporal (IMC) permite conocer si tu peso es o no adecuado para tu estatura pero debemos tener en cuenta que se trata de un cálculo común tanto para hombres como para mujeres adultos, que no analiza en detalle la distribución de la grasa y que no es útil para deportistas, embarazadas, niños o adultos mayores de 70 años.
Por tal motivo, el estudio de la composición corporal, a pesar de no ser una disciplina nueva, despierta cada día más interés. Se refiere al estudio anatómico, molecular o tisular de los distintos componentes del cuerpo humano, y es precisamente en el campo de la nutrición donde se ha demostrado en mayor medida su aplicación clínica, tanto para la valoración del estado nutricional como para la evaluación de la respuesta a la intervención nutricional en patologías diversas.
La localización anatómica del tejido adiposo.
Los riesgos asociados al exceso de grasa se deben, en parte, a la localización de la grasa, más que a la cantidad total. Hoy se postula que las causas y consecuencias metabólicas de la distribución regional de la grasa tienen particular importancia clínica (Pérez, Cabrera, Varela y Garaulet, 2010) por lo que resulta importante conocer dónde se localiza la grasa y cómo actuar sobre ella.
La distinción entre grasa y TA en el lenguaje corriente es normalmente irrelevante, y los términos se usan indistintamente. Sin embargo, en el campo de la composición corporal y el metabolismo, "grasa" y TA son distintos términos, y la distinción semántica es importante cuando se determina la masa o se estudian las características metabólicas. Aunque muchas veces puedan considerarse como términos sinónimos, es importante recordar que, con la edad, el contenido de "grasa" del "TA" puede variar. Por ejemplo, el contenido de grasa del TA es del 66% en los recién nacidos y aumenta gradualmente hasta la edad adulta, siendo del 80% a partir de los 13 años de edad.
Desde el punto de vista anatómico Shen y colaboradores realizaron una clasificación exhaustiva del Tejido adiposo blanco. Esta clasificación es de gran interés por ser extremadamente detallada y precisa, permitiendo caracterizar cada región anatómica del TA en el humano, proponiendo una nomenclatura de consenso para los distintos depósitos, rescatando del olvido algunos tradicionalmente no considerados. La clasificación que propone es, además, un híbrido entre regiones y propiedades funcionales, puesto que es especialmente exhaustiva respecto al TA visceral.
Desde el punto de vista anatómico Shen y colaboradores realizaron una clasificación exhaustiva del Tejido adiposo blanco. Esta clasificación es de gran interés por ser extremadamente detallada y precisa, permitiendo caracterizar cada región anatómica del TA en el humano, proponiendo una nomenclatura de consenso para los distintos depósitos, rescatando del olvido algunos tradicionalmente no considerados. La clasificación que propone es, además, un híbrido entre regiones y propiedades funcionales, puesto que es especialmente exhaustiva respecto al TA visceral.
La distribución de la grasa en el individuo obeso.
El estudio del TA, adquiere especial relevancia cuando se refiere al individuo obeso. Por ello, y teniendo en cuenta aspectos relativos a la distribución topográfica de la grasa corporal, Vague en 1947 clasificó la obesidad como de tipo androide y ginoide. En la tabla II se representa la clasificación de la distribución del tejido adiposo en el individuo obeso según la Sociedad Española del Estudio de la Obesidad (SEEDO).
La distribución androide de la grasa se llama así debido a que se evidencia más en hombres que en mujeres. Seguramente hayas escuchado que hay hombres con cuerpo de manzana, debido a que la circunferencia de la cintura es mayor que la de las caderas.
El estudio del TA, adquiere especial relevancia cuando se refiere al individuo obeso. Por ello, y teniendo en cuenta aspectos relativos a la distribución topográfica de la grasa corporal, Vague en 1947 clasificó la obesidad como de tipo androide y ginoide. En la tabla II se representa la clasificación de la distribución del tejido adiposo en el individuo obeso según la Sociedad Española del Estudio de la Obesidad (SEEDO).
La distribución androide de la grasa se llama así debido a que se evidencia más en hombres que en mujeres. Seguramente hayas escuchado que hay hombres con cuerpo de manzana, debido a que la circunferencia de la cintura es mayor que la de las caderas.
La distribución ginoide se hace más notable en las mujeres. Esto es lo que muchos llaman la forma del cuerpo de “pera”. En este modelo, la circunferencia de la cadera es mayor que la circunferencia de la cintura.
Dentro de esta división generalista, otros autores han establecido otra clasificación más detallada que permite recomendar pautas para combatir cada tipo:
1. Obesidad en la parte superior del cuerpo (androide): Esto significa normalmente podrías estar comiendo demasiado y prácticamente no haces ejercicio. Trata de reducir los dulces, y tratar de hacer ejercicio durante 30 minutos al día. Si esto no ayuda, consulta a un profesional de la salud.
2. Obesidad en la zona abdominal (androide): El exceso de peso en esta área puede ser provocado por el estrés, la ansiedad o la depresión. Llevar a cabo ejercicios y técnicas de relajación pueden ser el mejor método para solucionar este problema aunque, se aconseja buscar la ayuda de un profesional médico o terapeuta.
3. Obesidad en la parte inferior (ginoide): Este es un problema común con la mayoría de las mujeres. Los ejercicios que incorporan el entrenamiento de resistencia inferior del cuerpo, combinados con ejercicios cardiovasculares, son la clave para la eliminación de este problema acumulación de grasas.
4. Estómago inflamado (androide): La grasa en esta área puede ser causada por el consumo excesivo de alcohol y/o dificultad para respirar. Procura reducir el consumo de alcohol y concéntrate en algunos ejercicios de respiración.
5. Obesidad en la parte inferior del cuerpo, incluyendo las piernas (ginoide): Esto ocurre con mayor frecuencia en aquellas mujeres que están embarazadas. Las piernas suelen verse un poco hinchadas. Puedes intentar con aeróbicos en el agua para quitarle presión a las piernas y a los pies; también intenta sentándote con los pies elevados.
6. Abdomen grande con grasa delantera y trasera: Esta es similar a la tipo uno; la cual es causada principalmente por el sedentarismo. El ejercicio es clave, pero también lo es mantener los niveles de azúcar estables en la sangre. Trata de no pasar demasiado tiempo sin comer y come platos pequeños. Saber lo que necesitas con respecto a la obesidad es clave para desarrollar el mejor método para eliminar la grasa. Sin embargo, los problemas hormonales y genéticos se deben descartar o considerar si los planes de pérdida de peso no están funcionando.
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