
La industria conservera utiliza como materia prima en muchos casos lomos de atún congelados importados. Estos lomos, sin piel, presentan enormes ventajas en cuanto a productividad y rendimiento de los procesos, sin embargo las características de los productos difieren así como su calidad. Hasta ahora, dada la dificultad de diferenciar las especies visualmente se producían errores en el etiquetado de la conserva.
El sistema de detección de ADN del atún en conserva y procesado desarrollado permite diferenciar las distintas especies incluso en alimentos procesados. Hasta ahora, las metodologías genéticas para establecer el ADN requerían de varios días para obtener un resultado concluyente.
La técnica ya ha sido acreditado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC). El método supone una herramienta más para asegurar que los productos son etiquetados de forma correcta y garantizar la calidad a los consumidores.
Fuente: AZTI Tecnalia
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