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martes, 12 de enero de 2016

LA PERA, UN ALIADO PARA EL BUEN FUNCIONAMIENTO DE NUESTRO SISTEMA CIRCULATORIO Y RENAL

Un equipo de la Universidad de Minnesota (EE.UU.) ha llevado a cabo una revisión sistemática de estudios publicados desde la década de los 70 hasta la actualidad y catalogados en las bases de datos PubMed, de la Biblioteca Nacional de Medicina estadounidense que engloba citas y resúmenes de la literatura biomédica, y la base Agrícola, perteneciente a la Biblioteca Nacional de Agricultura con citas sobre esta temática (1).

La conclusión general de estudio es que el consumo de esta fruta proporciona una mejora potencial en la salud intestinal y con ello muchos beneficios para la salud en general. En concreto, lo que hace de las peras un excelente alimento es su alto contenido en fibra (una pera mediana proporciona alrededor del 24% de las necesidades diarias de fibra, en concreto, unos 3,1 gr por cada 100 gr de pera). Este elevado contenido en fibra junto con el de fructosa confieren a las peras cualidades laxantes que ayudan, a quien las consume de forma habitual, a mantener un correcto tránsito intestinal. Además, su gran cantidad de agua (84gr de cada 100) unido a su contenido en potasio y magnesio hacen de esta fruta una buena ayuda en el mantenimiento de la diuresis, o lo que es igual, ayudan a evitar la retención de líquidos y al buen funcionamiento de los riñones. Por otro lado, se trata de un alimento poco calórico ya que una pera de tamaño mediano (aproximadamente 178 gr) aporta sólo 100 Kcal y, además, no aporta grasas saturadas, colesterol o sodio. Además es rica en minerales como el zinc y vitaminas antioxidantes como la C o A.


Dentro de los múltiples estudios que se detallan en esta revisión pueden destacarse varios. Uno de ellos el de un equipo sueco (2) que, desde el año 1997 hasta la actualidad, siguió la evolución de la salud y el consumo alimentario de casi 75.000 personas encontrando una asociación significativa e inversa entre el consumo de esta fruta (también de manzanas y hortalizas de hoja verde) y la posibilidad de padecer un accidente cerebrovascular. Resultados muy similares obtuvieron unos investigadores de Qingdao en China que realizaron un meta-análisis de veinte estudios de cohorte prospectivos concluyendo que el consumo habitual de estos alimentos, así como el de cítricos, protegía frente a esa patología en general (3).



Otros trabajos han asociado estas cualidades de protección frente a patologías vasculares a sus altos contenidos en flavonoides como es el caso del trabajo de estadounidense dirigido por la Dra. Mink, (4) que demuestra este efecto en una muestra de casi 100.000 mujeres postmenopáusicas, las cuales están consideradas como grupo de riesgo de padecer este tipo de problemas de salud. Por otro lado, el contenido en antocianinas, pigmento vegetal perteneciente a este grupo de los flavonoides, podría ser la causa de que se asocie el consumo de peras, manzanas y frutos rojos con un menor riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2 (5).


A pesar de que las manzanas son la frutas que se han llevado la gloria de estos beneficios saludables todos estos años, a la vista de las conclusiones de esta reciente revisión, las peras no tienen nada que envidiarles y, puesto que en la variedad dietética es la que de verdad nos permite tener una alimentación sana, no nos olvidemos de incluirlas también en nuestro día a día.


Para conocer más de este alimento, así como numerosas formas de combinarlas y prepararlas, recomendamos visitar la página de la organización sin ánimo de lucro estadounidense USAPears (http://usapears.org) cuya finalidad desde 1931 ha sido la de promover el consumo de esta fruta.


Referencias:

1.- Reiland y Slavin. Systematic Review of Pears and Health. Nutrition Today, Julio 2015. doi: 10.1097/NT.0000000000000112.
2.- Larsson et al. Total and specific fruit and vegetable consumption and risk of stroke: a prospective study. Atherosclerosis, 2013; 227: 147-152.
3.- Hu et al. Fruits and vegetables consumption and risk of stroke: a meta-analysis of prospective cohort studies. Stroke, 2014; 45: 1613-1619.
4.- Mink et al. Flavonoid intake and cardiovascular disease mortality: a prospective study in postmenopausal women. Am J Clin Nutr, 2007; 85: 895-909.
5.- Wedick et al. Dietary flavonoid intakes and risk of type 2 diabetes in US men and women. Am J Clin Nutr, 2012; 95: 925-933.

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